domingo, 29 de noviembre de 2009

El Cañon del Júcar

Este fin de semana hace dos meses y una semana que traje a Berta a casa. Aún es pronto para que aparezca el verdadero 'yo' de Berta, y que lleguemos a un entendimiento mutuo, pero las cosas marchan de maravilla. Cada día está más juguetona y alegre. Supongo que también influye que le hayamos quitado toda la medicación.

Aunque sabe que ya no es su sitio, cada dos o tres días sigue intentando alcanzar el sofá de nuevo. Y no me extraña, porque la tia lo pasaba realmente bien en él.





El resúmen de estos dos meses es muy positivo. Berta es la compañía perfecta, es muy silenciosa en casa, limpísima y delicada (menos cuando coge una de mis zapatillas de deporte y la lanza por los aires a modo de juguete). Por ahora, no me da ninguna pereza toda la responsabilidad que conlleva adoptar un perro. Me encanta pasear por las mañanas nuestra media horita de juegos en el parque. Así hago más deporte que nunca porque como estamos solas, me toca a mí correr con Berta... Esto cansa un poco, la verdad, pero lo pasamos bomba.

Y salgo más al campo desde que la tengo en casa. Este fin de semana estuvimos en el Cañón del Júcar. Salimos con Raúl y Vanina, los dueños de Duna que es la mejor amiga de Berta.



Es gracioso porque cuando salimos al campo, al contrario del comportamiento de Berta en el parque al lado de casa, no se aleja del grupo para nada. Mientras Duna corre por todas partes y va a su bola, como buena perra, Berta es salir del coche, y no se despega del grupo. Se posiciona detrás del que vaya el último, o junto a mí, a modo de 'cuidadora del rebaño'. Parece que tiene cierta preocupación de que alguien se desperdigue, o incluso ella misma.





Imagino que como la encontraron en el campo, posiblemente es que la abandonaron así, y claro, cuando vamos al campo, debe pensar que la vamos a abandonar, pobreta. por eso, vamos a salir mucho hasta que se le pase el miedo.

De vez en cuando se aleja un poco del grupo siguiendo a Duna, pero en cuanto se da cuenta que estamos a más de 5 metros, vuelve a toda velocidad.




Menos mal que no tiene vértigo y podemos hacernos fotos tan chulas como esta.




Como veis, lo pasamos muy bien. A la vuelta en casa, y mirando en un mapa, me di cuenta que es una zona cercana a otra que visité mientras vivía en Albacete, Jorquera. La verdad que tenía un aire.

El próximo fin de semana viajaremos a Cella (Teruel) donde tenemos la casa del pueblo. Seremos 6 adultos y 3 perros. A ver cómo va la cosa.

1 comentario:

Woodman dijo...

¡Preciosa Berta! Y si pienso que la pobre tiene miedo a que la abandonen, se os ve muy felices a las 2 me alegro!