¿Qué haríamos sin Internet?

En el año 2001 estaba viviendo en Sevilla. Había conseguido una beca Séneca para realizar un curso académico en otra Universidad española, y Sevilla fue la ciudad elegida. ¿Y por qué Sevilla? Mi queridísima buena amiga Elisa, a la que había conocido un par de años antes en un campo de trabajo en Navarra, era de allí, y puestos a elegir Universidad...

Compartí piso con Chari y María, dos gaditanas encantadoras, y pasamos un año estupendo. Nuestro piso, y recién entrado el siglo XXI, no tenía conexión a Internet. Casualmente, frente a nuestra casa habia una agencia de viajes que pudo gestionar mis billetes a Valencia en tren sin mucho coste. Nos vinimos las tres a Fallas y lo pasamos muy bien. Recuerdo que de Sevilla viajé a Bristol (Inglaterra) a pasar el verano, y el billete lo compré a través de Internet en un ciber. También ese año recibí mi primer móvil. Por aquel entonces, era antimóvil, me molestaba la gente hablando en el autobús, no le veía utilidad, y todo eso. Y mi querida madre, como regalo de Navidades me mandó un Alcatel a mediados de Octubre, ya que el piso tampoco tenía línea telefónica. Como son las madres...

Bueno pues hoy, 8 de Agosto de 2009, desde el sofá de mi casa, he realizado las siguientes operaciones utilizando Internet.

He comprado un billete de tren a Madrid para mi viaje a Lanzarote (que también compramos por Internet), he reservado un coche de alquiler para mis vacaciones con una empresa local en Lanzarote. Por las horas del vuelo, tengo que pasar una noche en Madrid, así que me he entretenido buscando alojamiento. Finalmente he reservado en uno de los hostales que salieron ayer en Callejeros (a veces la televisión da información útil), en el Hostal Adriano - Hostal Adriá.
Desde mi cuenta bancaria, he hecho 3 transferencias a diferentes cuentas, y por último, he engrosado mi cuenta vivienda. La Caixa tiene un nuevo servicio (gratuito) desde Internet, con el que te hace un balance de tu situación económica echando la vista atrás un año. Está muy interesante. Puedes ver los datos globales en números o gráficos, o ver esos mismos datos desglosados según el tipo de ingreso-gasto que has tenido. Con este servicio he descubierto dos cosas. Una, que durante este año he ganado más de lo que he gastado, por poco, pero el balance sale positivo. Y dos, que las cantidades extraídas del cajero son casi iguales a las gastadas en pago con tarjeta. Este dato me ha sorprendido porque hubiera jurado que lo que más hago es pagar con tarjeta, pero no. Globalmente no. Después de todo esto, y ya que estaba revisando mi cuenta, he decidido que no quería recibir más cartas a casa (por lo que La Caixa me cobra) y he personalizado mis envíos de avisos para utilizar únicamente la línea abierta. Servicio gratuito. De este modo, dejaré de recibir las dichosas cartas del banco que se almacenan en casa de mis padres, y seguiré viendo la información a través de Internet, información que puedo almacenar o imprimir cuando quiera. Esta información tiene una antigüedad de 10 años.

Además, y ya en plan ocio, he actualizado mi perfil en LinkedIn. Yo no conocía este sitio, pero ayer un amigo me "inició" en este portal. Es un portal para temas profesionales. Introduces tus datos, profesión, estudios, etc... Es como un C.V. visible a todo aquel que busque trabajadores. También se puede crear en diferentes idiomas, algo que es muy útil para los que no nos cerramos puertas en el extranjero. No he investigado mucho, pero ¿tendrá también información de las empresas? Otra opción que encuentras es hacer búsquedas por "personas que trabajaban en esta empresa en las mismas fechas que yo" si te apetece encontrar a compañeros que has perdido la pista... También he visitado algunos de los blogs de los que soy seguidora, y he hecho algunos comentarios sobre las entradas que he visto. Esta semana no he tenido acceso a Internet, y tengo a todo el mundo abandonado. Y como no, desde este mismo sofá, estoy escribiendo esto para mi blog.

Entonces me he preguntado ¿Qué haríamos ahora sin Internet? Seguro que nos volveríamos a acostumbrar... pero la verdad, a mí me encanta.
Y no os asustéis, que de momento, me sigue encantando el contacto directo con la gente, tomar una cervecita con unas almendras, llamar a mis amigos, ir al cine, tomar el aire dando un paseo...

¿Habrá algún momento en que esto deje de gustarle a alguien?