martes, 26 de mayo de 2009

Culo veo, Culo quiero

A muchas personas, esta frase les va que ni ‘pintao’. Y si os dais cuenta, pasa en muchos aspectos de la vida. A todos nos atrae algo de los demás. Importa poco que sea material, personal o espiritual. Todos tenemos algo que envidiar al de al lado. Hasta cierto punto no está mal, si es una envidia sana (si es que esto existe) Lo preocupantes es en aquellos casos en que detestas lo que tienes, lo que eres y cómo eres. Y se convierte en algo enfermizo.

El otro día alguien me dijo que envidiaba mi situación personal. El no consultar con nadie mis decisiones, tener tiempo para mí, no tener obligaciones, organizarme la vida a mi aire, preocuparme solo de mí… Lo que no sabe es que la mayoría de esto es incierto.
A su favor diré que está a puntito de tomar una decisión importante en su vida, y claro… está acojonado!
¿Cuantas veces lo hemos visto? Largo noviazgo, viviendo juntos hace ya años, casa, coche… claro, toca la boda. Y entonces, parece que todo lo de alrededor apetece más. A uno le da por pensar en todo lo que podría hacer o haber hecho, se mira a sí mismo y no le gusta lo que ve, en cómo le gustaría que fuera su vida…

Yo he llegado a la siguiente conclusión… No os caséis! ¿Cómo puede ser que el hecho de una boda haga entrar en crisis a la gente? Vale, estoy generalizando y no a todos les ocurre. Pero no me digáis que no es habitual. Todo va bien hasta que hay un papel por medio ¿Tanta presión representa? ¿Realmente esto cambia la vida? Digo yo que en todo caso a mejor, no? En estos casos siempre pienso que es como la gota que coma el vaso. Suelen ser relaciones que, aunque lo parecieran, no eran sólidas. Y quizás el decidir algo supuestamente para toda la vida, hace poner el freno. Y otra cosa…

La mayoría de los casos lo que ocurre es que el amor evoluciona, o como dice Pedro Guerra, madura. Y esto es difícil de asimilar. Aquí lo complicado es diferenciar entre madurar y apagar. Esto sí que es difícil.

Yo me alegro de no tener la presión del matrimonio encima, de haber vivido mis relaciones con naturalidad. Cuando ambas partes hemos querido, hemos vivido juntos, cuando no, hasta luego Lucas. Y aquí no pasa nada. Cada uno sigue con su vida.

Y todo tiene sus pros y sus contras. Está bien ser independiente, tener tiempo para uno mismo, decidir por tu cuenta… Pero esto no es incompatible con tener una pareja, compartir la vida con alguien, tener objetivos comunes en la vida… En fin, lo que yo os diga, culo veo culo quiero.

Solo un consejo, cuando os entren dudas de vuestra situación, daros cuenta que todo en esta vida es una balanza. Haced vuestra balanza, y tomad decisiones. Una balanza personal, no material. Si no, sería un error.

Aquí os dejo una canción de Pedro Guerra. Perdonad que es la segunda en poco tiempo, pero es que una tiene su debilidad. Espero que en los casos en que no se tienen claras las cosas, esta canción os ayude a pensar.

1 comentario:

Woodman dijo...

Totalmente cierto, pero bajo mi punto de vista esa persona que te comento eso tiene un problema.

Cuando uno siente la presión de casarse como dices, mala señal, uno debe de evolucionar siempre estando seguro de que evoluciona hacia donde quiere evolucionar.

Si envidias la situación de una persona soltera e independiente quizás deberías replantearte ser soltero e independiente.